19/10/201521/02/2016
Picasso. Registros Alemanes
Son innumerables los estudios y ensayos que expertos de todo el mundo han publicado sobre aspectos muy diferentes de la obra de Pablo Picasso. Su relación con su país natal, España, y con su país de adopción, Francia, sigue ocupando y atrayendo a muchos historiadores del arte. Sin embargo, la relación entre el arte de Picasso y el arte alemán no ha sido todavía abordada en profundidad, por lo que esta exposición del Museo Picasso Málaga – comisariada por su director artístico, José Lebrero Stals - abrió sin duda una importante puerta al plantear veintidós registros en torno a los vínculos, filiaciones y divergencias entre Pablo Picasso y un selecto grupo de artistas alemanes considerados ya clásicos de la modernidad y que cambiaron radicalmente el rumbo de la historia del arte .
Sin que pueda hablarse de una influencia de Picasso asumida explícitamente en Alemania, la exposición mostró tanto el interés como la resistencia que Picasso produjo entre los artistas germanos modernos que no optaron por la abstracción. Esta paradoja se expresa en el modo en el que estos pintores tomaron posiciones y desarrollaron sus obras conscientes de los aportes innovadores del artista español, principalmente por el efecto del cubismo, aunque no por ello dejaran de buscar una manera de crear propia de su idiosincrasia cultural, resistiéndose al peligro de ser víctimas de la contundencia estética del malagueño.
Picasso y el arte alemán
Finiquitando con la vieja estética del siglo XIX, los nuevos e inquietos escenarios de la vida cultural de las metrópolis de París y Berlín potenciaron durante la primera mitad del siglo XX la circulación de creadores e intelectuales y un intenso flujo de ideas. Así, el recorrido de la exposición transcurrió a modo de pasaje por veintidós ámbitos complementarios, combinándose en cada uno de ellos obras de Picasso y de sus coetáneos germanos, así como el interés del malagueño por los maestros alemanes del siglo XVI, junto con documentación gráfica, fotografías, libros y otros materiales que contextualizan en tiempo y espacio las obras de arte.
El relato expositivo se situó entre 1905, año de la constitución en Dresde del colectivo El Puente (Die Brücke), pasando por el grupo El Jinete Azul (Der Blaue Reiter) y el dadaísmo Berlínés, para finalizar en 1955 en la redentora exposición internacional documenta 1 en la ciudad de Kassel, que puso en valor lo que el nazismo había denostado como “arte degenerado”. En total, setenta y cinco obras de Pablo Picasso se mostraron junto a más de cien trabajos de Max Beckmann, Heinrich Campendonk, Otto Dix, Max Ernst, George Grosz, Erich Heckel, Hannah Höch, Wassily Kandinsky, Ernst Ludwig Kirchner, August Macke, Paula Modersohn-Becker, Otto Mueller, Emil Nolde, Max Pechstein, Franz Radziwill y Karl Schmidt-Rottluff, así como de Lucas Cranach el Joven, Lucas Cranach el Viejo y talleres de Frans Francken.
Consecuencia de la construcción histórica de la individualidad burguesa, los protagonistas de la muestra fueron artistas de talante contestatario que cambiaron la normativa del arte en Alemania y en Europa. El gesto profundamente iconoclasta de Picasso reaccionando con el cubismo frente al canon de la perspectiva renacentista o frente a los postulados coloristas del impresionismo, se corresponde con la rebelión compartida en diversidad por estos artistas germanos coetáneos al español, elaborando alternativas pictóricas al orden hegemónico, herencia del Romanticismo en su país. La potencia estética destructiva de Picasso apareció contrastada conceptual y formalmente con la idea esencial que motiva a los alemanes seleccionados para esta exposición: servirse de la imagen figurativa para expresar un sentimiento de rechazo cultural a un orden que ya no respetan.
Este medio siglo de narración-exposición que quiso ser Picasso. Registros alemanes corresponde a una época de grandes cambios en la que, a pesar de los conflictos bélicos, la cultura se diseminó en Europa de un modo extraordinario gracias a las técnicas de reproducción de las imágenes: grabado, xilografía, litografía y por supuesto a la fotografía y al cine que también se incluyen, junto a abundante material documental, en esta exposición.
Para esta gran exposición sobre Picasso y el arte alemán, el Museo Picasso Málaga contó con la especial contribución, entre otras, de las siguientes instituciones: Brücke-Museum Berlín; Centre Pompidou. Musée national d’art moderne, París; Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA); Fundación Picasso. Museo Casa Natal, Málaga; Galerie Henze &; Ketterer, Wichtrach; Kirchner Museum Davos; Kunstmuseum Pablo Picasso Münster; Musée du Quai Branly, París; Musée Picasso, París; Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid; Museu Picasso, Barcelona; Nolde-Stiftung Seebüll, Neukirchen; Otto Dix Stiftung; Staatliche Kunstsammlungen Dresden; Van Abbemuseum, Eindhoven; Archivo Lafuente, Santander; así como préstamos procedentes de galerías y colecciones particulares.
Tras su clausura en el Museo Picasso Málaga, la Kunsthalle Würth en Schwäbisch Hall, Alemania, acoge esta exposición del 6 de abril al 18 de septiembre de 2016.
Con la colaboración de:
Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania y el Goethe-Institut Madrid